Adquirir una propiedad a crédito es asumir un compromiso a largo plazo, una deuda que afectará tu presupuesto mensual. Por ello es necesario que desde el primer momento sepas cómo ajustarlo; así comenzarás tranquilamente esta nueva etapa.
Los 5 puntos claves
- Repartición de pagos. Es importante que hables con tu pareja sobre cómo dividirán los gastos de ahora en adelante. Consideren las deudas que tiene cada uno y hagan un plan de pagos real; la idea es que ninguno incumpla.
Si la hipoteca es mayor que la renta que pagaban, acuerden cómo se cubrirá la diferencia.
- Ajustes. También es importante comunicarle al resto de la familia qué ajustes temporales se harán mientras se adaptan a este nuevo compromiso financiero. Tal vez es momento de hacer menos salidas los fines de semana y comer con más frecuencia en casa.
- Adelantar la hipoteca. La recomendación es que en tu presupuesto anual consideres adelantar al menos una mensualidad de la hipoteca, para reducir el plazo y el pago de intereses.
Lo ideal es hacerlo durante los primeros cinco o hasta ocho años de la hipoteca, que es cuando se pagan más intereses y se aporta menos a capital. Asì, todo lo que adelantes se irá directo a tu deuda.
Supongamos que puedes aportar dos mensualidades extras durante cada uno de los primeros cinco años de tu crédito:
• Si tu hipoteca fuera a 10 años, sólo pagarías durante ocho años y medio.
• En un crédito a 15 años, reducirías el plazo de tu deuda tres años.
•En una hipoteca a 20 años sólo pagarías durante 15 años.
- Ahorro. Contratar un crédito para comprar casa no justifica dejar a un lado el ahorro. Te sugerimos que hagas un ajuste en el porcentaje, pero no lo elimines. Toma en cuenta que el mínimo recomendable es 10 por ciento del ingreso mensual; lo ideal es 20 por ciento.
- Los nuevos gastos. Cuando eres dueño tienes que asumir gastos que no habías considerado. Es importante tomarlos en cuenta y planearlos:
•Predial.
• Mantenimiento en general (pintura, pulido de pisos, plomería, electricidad; en fin: todas esas cosas de las que se encargaban el casero o tus papás).
• Emergencias. Son parte del mantenimiento, pero tienen que resolverse cuando se presentan y no de manera planeada, como la pintura. Por ejemplo, la ruptura de una tubería o problemas con la instalación eléctrica.
• Gastos corrientes de servicios.
Digamos que contratar una hipoteca, con todos los trámites que implica, no es el final, sino la continuación. Y si sigues estos sencillos consejos, será un cuento con final feliz
Los ajustes en tus gastos te ayudan a garantizar el pago de la casa.
Es un texto muy importante, sobre todo por su relevancia académica.